Camino al apruebo.

by Esteban Guerrero

«Es obligación fundamental del Estado y la comunidad política trabajar por la paz social. El orden constitucional supone el uso de métodos pacíficos de acción política.»

Artículo 11. Inciso 2

El 17 de diciembre volvemos a las urnas, esta vez por un nuevo proceso de propuesta constitucional. Atrás quedaron las votaciones desde la ducha, los disfraces, el nerviosismo que tantos experimentamos al presenciar, frente a nuestros ojos, el eventual establecimiento de una revolución no muy gloriosa. Pero no tan lejos permanece cierta actitud indiferente, o derechamente negativa, hacia el proceso ya culminado. Esto es comprensible por varias razones: Ausencia de un plebiscito de entrada, muy poca o nula difusión del proceso mismo -con la consecuente desaparición del radar cívico de la ciudadanía-, la seriedad del trabajo del consejo experto, o cierta normalidad de este nuevo ejercicio. Pareciera que hemos normalizado atender sólo aquello que nos sorprende, aquello que nos aparta de la inercia del día a día, lo que genere cierto rating atencional. Las intervenciones fomes del «profe Silva», o los berrinches de la presidente no lograron captar nuestra atención.

Pero esto debe valorarse, y mucho. Una manera de valorarlo es, al menos, cumplir con la tarea de entender de qué estamos hablando, e intentar compartir algunos puntos focales. Puntos que nos ayuden a visualizar algunas bondades del texto y explicarlas. Formarse una opinión, dirá alguien. Pues bien, si vamos a empezar por acá, es necesario darle un contexto pertinente. Me refiero a lo siguiente: Si usted no tiene formación en derecho, y en particular de derecho constitucional, usted no cuenta con las herramientas necesarias ni el marco conceptual ideal para evaluar el contenido del texto. Digo esto pensando en la inocencia de algunos que señalan que es necesario leer la propuesta completa, para recién ahí sopesar la idoneidad de la prosa. No es que disponer del documento y leerlo esté de más, sino que pensar que aquello basta, se vuelve un modo algo soberbio de ver el asunto.

Continuará…

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